Los ladrones pueden guardar su botín durante años antes de ponerlo en el mercado. Hind Younes, de la Dirección de Antigüedades del Ministerio de Cultura del Líbano, dijo que algunos objetos robados durante la guerra civil del Líbano no fueron comercializados durante una década o más. Francia, holanda e Inglaterra se enriquecieron con el botín capturado por sus corsarios a los galeones españoles. España, sin una armada, trató de proteger a sus naves creando dos flotillas para perseguir a los corsarios y resguardar a sus puertos. Una funcionó en España; la otra en Nueva España con el nombre de Armada de Barlovento. Portobelo era, pues, el emporio del comercio sudamericano. Ambos convoyes cargados con esmeraldas de Nueva Granada, perlas de Margarita, tabaco, cacao, etc. de Venezuela, minerales de Nicaragua, metales preciosos del Perú y de México y sus respectivas flotas defensoras, volvían a Cádiz.